POR QUÉ UN BUEN PA ES IMPORTANTE

POR QUÉ UN BUEN PA ES IMPORTANTE

Has puesto tu corazón y tu alma en tu música. Has dedicado incontables horas a perfeccionar tu actuación, por no mencionar el esfuerzo dedicado a cultivar una base de fans. Lo más probable es que tengas un cantante destacado y otros miembros de la banda que realmente brillan en su instrumento. Todos estáis de acuerdo en que ha llegado el momento de dejar de depender del sistema de sonido de turno y comprar tu propio PA.
 
La buena noticia es que un buen sonido ya no tiene por qué costar una fortuna. Gracias en parte a los altavoces autoamplificados y al software integrado en las mesas de mezclas que, en muchos casos, rivaliza con procesadores externos que cuestan cientos de dólares, vivimos en la edad de oro de los sistemas de sonido en directo asequibles.
 
Un PA con mal sonido puede frenar en seco la grandeza artística. Te sorprendería lo fuerte que puede ser el sonido de tus fans tuiteando sobre un espectáculo mal sonorizado. No dejes que la PA ponga una barrera entre tú y el público por el que tanto has trabajado.
 
El dicho de «da lo que recibe» se ha utilizado innumerables veces para describir los pros y los contras de los distintos sistemas y equipos de sonido. Es una premisa sencilla, la noción de que una mala señal de entrada a un PA va a salir mala. Pero piensa esto: con un PA malo puedes estar metiendo oro en él y aun así saldrá basura. En cierto modo, este escenario es el equivalente en sonido en directo de poner una gran grabación en un archivo MP3 y luego escucharla con unos auriculares de mierda. Empezó siendo oro, pero acaba sonando un poco a basura.
 
Es fácil sentirse algo abrumado cuando llega el momento de comprar un PA. Y a decir verdad, es posible que lo que te convierte en un gran cantante o guitarrista también te convierta en un pésimo comprador de un sistema de sonido. El amor creativo y alegre por la música a veces dificulta las decisiones de compra que necesitas, más bien frías. Pero no temas. Da un paso atrás. No te compliques.
 
Los micrófonos, los altavoces y una mesa de mezclas constituyen la mayor parte de un sistema de sonido portátil, así que céntrate en esos componentes. Puedes centrarte aún más sabiendo que, como ya se ha dicho, muchas de las mesas de mezclas actuales (incluida la compacta DL32R) están repletas de opciones de procesamiento y entrada y salida a un precio razonable.
 
Lo que nos lleva a los altavoces....

Mackie SRM Altavoces Profesionales por qué es importante un sistema de sonido profesional

Podría decirse que la mayor área de compromiso a la que sucumben los compradores es la de los altavoces. Con demasiada frecuencia, la decisión de compra se basa únicamente en las especificaciones: «tiene un driver de 15 pulgadas, así que debe ser mejor que la caja de 12″. Pero piensa en una caja que tenga un altavoz de 12'' de alta calidad con un tweeter y ecualizador incorporado. Escucha y compara los dos si puedes, y puede que descubras que el altavoz de 12'' de alta calidad será mejor para tus necesidades. Ten en cuenta que siempre puedes añadir un subwoofer (¡un buen subwoofer!) más adelante si lo necesitas.
 
Piensa también en la posibilidad de alquilar tu PA para actos no necesariamente relacionados con tu grupo. Todo tipo de contactos locales necesitan alquilar un sistema de sonido de vez en cuando. Bodas, bailes, eventos con DJ, reuniones de empresas locales, todos pueden ser clientes si quieres ir por ahí. Un PA de alta calidad es mucho más versátil y «alquilable».
 
En los años 70, el grupo británico Supertramp decidió comprar sus propios componentes de PA. Se enorgullecían de comprar sólo lo «mejor» de lo que había en ese momento en altavoces y equipos asociados. Supertramp también se hizo famoso por su impecable sonido en los conciertos. A medida que su sistema crecía, crearon una empresa llamada Delicate Acoustics, que más tarde pasó a llamarse Delicate Productions. Delicate Productions es ahora un proveedor de sonido para giras internacionales y todo empezó porque un grupo decidió comprar un gran PA.
 
Oye, ¡nunca se sabe! 

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